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Nací en Colombia y desde hace 23 años vivo en los Estados Unidos. Llegué buscando una oportunidad y la encontré. Trabajo, salud, amistad y familia son grandes bendiciones, pero por 30 años gaste todo el dinero que gane sin crear riqueza, libertad financiera o un legado. Todo eso lo entendí al estudiar finanzas personales. ¡Huich! Como dolió.
Deudas sobre todo de Tarjetas de Crédito. Vivía en el eterno ciclo de la deuda, consistente en comprar, pagar y volver a empezar.
Cuando ya me sentía ahogada por las deudas, salía de mis problemas con una consolidación de 3 o 4 años, incluso tuve una bancarrota.
¿Quería invertir, escuchaba que con solo 50 dólares a la semana o al mes podía hacerlo y me preguntaba: por qué no veo en mi cuenta 50 dólares extra? Tenía dos trabajos uno a tiempo completo y era dueña de una franquicia de limpieza. Fue la primera vez que escribí un presupuesto y los resultados me dejaron entre sorprendida y horrorizada al ver cómo gastaba el dinero en tonterías. Por casualidad encontré un audiolibro "El hombre más rico de Babilonia" y algo de luz empezó a entrar en mi cabeza; pero luego de leer "El Millonario de al lado" tomé la decisión de aprender Finanzas Personales.
Descubrí que había crecido con muchas creencias limitantes que funcionaban dentro de mi como un techo de cristal. Un cristal te permite ver del otro lado, pero no llegar a ese lugar.
Usando esa analogia, YO veía la abundancia y prosperidad que deseaba, pero no sabía cómo acercarla a mi vida.
Eso cambio al estudiar Finanzas Personales al entender que el dinero debe trabaja para mí.
Para cuando comencé a trabajar y a estudiar Finanzas Personales habían pasado 30 años de mi vida.
Puedo entender todo el valor financiero y personal que tendría hoy en día de haber administrado correctamente mi dinero.
¿Cómo dejar de compartir con el mundo entero un conocimiento que puede impulsar la vida personal hasta límites insospechados?
Techo de Cristal es un término creado por Marilyn Loden en 1978 durante un discurso. El término hace referencia a las barreras invisibles, no escritas, que limitan el crecimiento de una persona (especialmente mujeres y minorías) dentro de una organización empresarial.
Actualmente, se utiliza de manera metafórica en muchas áreas. Aquí yo lo utilizo para referirme a todas esas creencias que limitan el crecimiento financieramente; ejemplo, invertir es cosa de ricos.
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